Esta noche, en su ciudad,anduvo tonteando la tormenta.
Y sus oídos fueron sordos, a sus gritos.Pero fue abrir de la ventana,que el aroma a lluvia,
endulzó el comenzar del día.
Fueron los pasos matinales,
esos que son cotidianos de lunes a viernes,
los que anduvieron serpenteando, las hojas que yacen ya,
en sus colores ocres i amberinos.
Temió pisarlas, y quitarles el hálito de placer
en su último viajar a cada soplo de brisa.
Y fue el crujir bajo sus pasos, el que hiere sus oídos
Y le recuerdan,
Que somos Otoño.
Este poema me ha gustado mucho, y lo he copiado de mi amiga Beatriz.
blog Sarbalap
2 comentarios:
Felicita a tu amiga. Es muy bueno.
Gracias por divulgarlo.
Besos.
No veo el enlace de tu amiga Beatriz, porque pensaba ir a conocer su blog y a felicitarla, porque es muy bonito su poema.
Un abrazo.
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