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09 julio 2010

CARLOTA

Esta entrada la he copiado de un blog de una persona muy querida para mí. Ella casi siempre se expresa en poesía, pero esta vez me ha emocionado con este texto en prosa.
Relato para una colección de palabras nunca usadas, como la fe

El año siete amenazaba con arrasar todas las hormonas. Si no pasaba pronto, ella se convertiría en un vegetal. La contemplación del sol no la llevaba al almacén de la memoria donde un día fue niña en una playa, en un río, en la fuente fría de un pueblo que olía a leña. Sólo visualizaba lagartijas y mojamas resecas y rancias. Hasta las palabras se pronunciaban sin saliva y eran escasas. Aunque su capacidad de atención y comprensión verbal y escrita no se había resentido, es cierto que andaban a ralentí. Como cuando dormitaba a media tarde y sentía una pena profunda por belenesteban, cuya voz le perforaba el tímpano pese a sonar como un eco lejano, y se preguntaba en su duermevela cómo esa mujer no veía que la empresa que le pagaba era lo mismo que un proxeneta para su puta. Y es que ya se sabe que hay quien jode sin joder. Y mientras su mente se perdía en divagaciones absurdas, se olvidaba de lo que de verdad le dolía. Era consciente de que su familia arrastraba un karma de culpa que había traspasado generaciones. Y allí estaba ella mirando a sus hijos y viendo impotente y exhausta cómo se repetía la secuencia. El siete anunciaba un profundo crecimiento personal que ella asumía con escepticismo y apatía porque ya en los inicios supo cómo había de acabar de todo. Un mensaje claro y rotundo que la cría de seis años apenas percibió. A fin de cuentas su primer muerto fue su padre.

5 comentarios:

impresiones de una tortuga dijo...

Una composición muy bonita, sin decir mucho lo dice todo. Saludos.

Mercedes Pinto dijo...

Cuando una "maldición" se repite en el pasado, resulta muy difícil creer que todo cambiará.
Un texto triste, pero muy hermoso.
Un abrazo.

Jose dijo...

Un relato triste a la vez que nos desnuda un poco ante lo que en realidad somos muy débiles

TORO SALVAJE dijo...

La conozco.
Escribe muy bien. Mucho.
Para muestra lo de hoy.

Besos.

Helga F Moreno dijo...

Me ha gustado mucho Josefina, triste, pero muy bonito y real.