Recuerdos de mi niñez

Esta entrada la escribí hace dos años y quiero traerla de nuevo, son vivencias de una niñez carente de riquezas, pero más o menos feliz

Las Fiestas van pasando con tranquilidad y armonía.
Estos días, no se porqué, estoy recordando mucho mi niñez y adolescencia, me asusta un poco pues muchas veces es síntoma de vejez, bueno y si así fuese me da igual, mis recuerdos son míos.
Recordando ha venido a mi mente aquel vecindario tan peculiar que formábamos y tengo ganas de plasmarlo en este post.
Lo primero que quiero poner son dos personas excelentes que para mi madre y nosotras fueron maravillosas, eran una madre y su hija , las recordaré con cariño toda mi vida.
En la finca continua vivía una familia de Vascos que, por problemas políticos, el cabeza de familia estaba desterrado de su ciudad. Tenia una tienda en la que vendía abarcas que el mismo fabricaba, aun recuerdo el olor a goma quemada que recorría todo el barrio. Mis hermanas y yo éramos muy amigas de sus tres hijos y lo pasábamos fenomenal.
En la planta baja habitaban un matrimonio sin hijos, unas magníficas personas .Él era maestro, pero como estaba represaliado por el RÉGIMEN,no podia ejercer su carrera y tenia que dar clases particulares para poder ganarse la vida.La Esposa era cocinera.
En otro piso habitaba un militar de estos que habían subido en el escalafón, por puntos en la CONTIENDA, no por estudios ni buena preparación. Tenía dos hijos, que a mi particularmente, me daban pena, puesto que el padre usaba la correa para reprenderlos.
Finalmente había un vecino que era Sacerdote y estaba acompañado de su casera (sirvienta), ella enseguida nos reprendía porque bajábamos saltando por las escaleras y no dejábamos descansar al “Mosen”.
Mi padre era una persona buenísima, en todo caso un poco conformista.
Era carpintero y tenía un taller en los bajos de la casa. En la finca de enfrente tenía mi padre un amigo alfarero y tenía un obrador grandísimo y allí acudíamos los niños a jugar con sus hijas. Cuanto me acuerdo de ellas Isabelita y Matilde, me acuerdo de Arantxa, de Fineta y en fin mi lista sería interminable.
Ahora todas serán como yo (mayores) y seguro que al igual que me pasa a mi, recordarán nuestras andanzas.
Yo al ir a vivir a otra ciudad perdí el contacto. Las recuerdo con cariño.
Fueron tiempos muy difíciles, pero los niños con poco éramos felices.
Estas son vivencias de mi infancia, y hoy he querido recordarlas.