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12 diciembre 2010

El invierno y la soledad de los pequeños pueblos de montaña



En cuanto pasan los puentes festivos de octubre, noviembre, y diciembre,


los pueblos se quedan muy disminuidos de habitantes.


Verdaderamente entre las bajas temperaturas y la escasez de gente, parecen pueblos fantasmas. Es una pena porque cada estación tiene su encanto, ahora los árboles desnudos de hojas tienen un algo que me atrae y me gusta retratarlos. Aquí tenemos suerte hay gente joven, son pocos pero anima el verlos cuando vuelven de los montes después de hacer su jornada de trabajo.





Estamos pocos pero tenemos la suerte de tener una tienda, que aparte de tener muy buena carne, hay de todo. También tenemos dos bares, lo que pasa que en este tiempo las ganancias deben de ser escasas, aunque de los pueblos del contorno siempre se acercan a comprar y a las tardes al bar.


Yo aquí me encuentro muy tranquila, pero para Navidades me iré a Lleida, tengo unas ganas locas de abrazar a todos los míos sobretodo a mi pequeño nieto.






La rehabilitación me va muy bien, espero recuperar bastante aunque me han dicho que no será total, pero bueno, confío que poco a poco cada día este mejor, pues quiero coger a mi Pau.


Sigo sin poder poner todos los comentarios en vuestros blogs, pero es que son tan bonitos y elaborados, que con la mala conexión de Internet que tengo ó no me deja entrar ó me cuesta mucho rato. Verlos los miro y de verdad sois extraordinarios en vuestras entradas, gracias por comentar en mi blog y ser tan generosos.


Deseo que tengais un buen comienzo de semana

17 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

La soledad también existe en las ciudades Josefina.
Lo que ocurre es que se disimula mejor.

Besos.

Isabel Maria dijo...

Hola Josefina, estoy con toro salvaje en la ciudades tambien hay mucha soledad lo que pasa que se disimula mas, cada uno esta en su casa ya no es como antes que las vecinas nos saliamos a la calle con la silla a charlar, un beso.

emejota dijo...

Te entiendo muy bien, ya que vivo en una aldea asturiana muchos meses del año. Lo mejor es la alternancia, si ello fuera posible. Espero que disfrutes estos días que vienen con tu nietecito Pau, que debe estar hecho una ricura. Un fuerte abrazo.

Ximo Segarra "ACAPU" dijo...

Yo vivo en una ciudad y es lo que dice Toro salvaje, que aquí, aunque distinta, también hay soledad.
Me ha gustado tu post, Josefina, transmites calma y hermosura, el invierno también tiene su belleza.

Un abrazo!

El Blog de Clau dijo...

Lindo post Josefina,no te preocupes por no poder comentar,cuida ese brazo y mejorate.
Cariños
Clau

Jose dijo...

Efectivamente como dice Toro, las grandes capitales no tienen nada que envidiar a esos despoblados pueblos con la soledad de los pocos que quedan.

En las capitales aún son más deshumanizadas con los pobres, dejándolos en la más completa soledad, todos tiene prisa para entretenerse y repara en los viejos y ancianos.

Un saludo

Chus dijo...

A mi también me gusta el pueblo y además se cambia de ambiente de vez en cuando, lo que pasa que ahora hace un frio que paque.

En casita se está bien, sea donde sea, lo importante es que como es tu casa se está a gusto, tienes tus cosas.

Un abrazo y me alegro que vayas mejor con tu brazo.

Mos dijo...

A mí Josefina, me transmites dulzura y serenidad. Los pueblos del interior, pequeños y deshabitados, tienen el encanto de la soledad cuando se busca eso y se quiere esa soledad. Hay gente que no sabe vivir así. Pero, como tú bien dices, todo tiene su encanto.
Me alegro de tu rehabilitación y que pronto le des achuchones a Pau.

Un abrazo de Mos desde su orilla.

MAMÉ VALDÉS dijo...

Pues como lo cuenta tiene mucho encanto, y seguro que tienes más compañía que en una torre de 10 plantas y con ciento de vecinos que no saludas, además tienes la ventana que es tu blog, un saludo.

María dijo...

Hola, Josefina:

No te imaginas cuánto me alegro que me hayas dicho que no figurabas en la lista, ¡pero cuánto me extraña que no estuvieras en ella! acabo de meterte ahora mismo, mil perdones por ese despiste tan grande, te juro que no se cómo se puede haber pasado, no tengo perdón, de verdad que no.

Seguro que en Lleida lo pasarás en grande con todos los tuyos, sobre todo a tu nieto.

Me alegro mucho que te vaya bien lo de la rehabilitación, verás cómo pronto te recuperarás del todo.

Te deseo una feliz semana, y te pido, de nuevo, mil disculpas por mi despiste.

Un abrazo enorme.

Glo dijo...

Por las tardes ni en los pueblos grandes se ve a nadie. Menos mal q tenemos Internet. Aunq quizás ese tb nos aisle del vecino.

yraya dijo...

Disfruta de la tranquilidad que dan esos pueblos.
Y seguro que podrás coger a tu Pau, "de mica en mica".
Un abrazo

E * dijo...

Qué bellas imágenes y que tiernas tus palabras!
No te preocupes por los comentarios, cuando puedas comentar comentas, sino no importa.
Lo importante es que estás presente Josefina!
Te deseo una pronta y rápida rehabilitación.

Un beso o 2 !

Narci M. Ventanas dijo...

Yo vivo en una ciudad pequeña, Cáceres, pero paso algún que otro fin de semana en el pueblo donde nacieron mis padres, uno de esos pueblos fantasmas, donde lo único que va en aumento es el número de nichos del cementerio, y sé muy bien a qué te refieres, sin embargo disfruto de los paisajes, del aire con olor a sierra húmeda y a pino mojado, disfruto sobre todo del silencio, roto a penas por el crujido de las ramas cuando hace viento, o por el arrullo del agua del río, de los regatos y los arroyos, el olor a fuego de hogar o a braseros de picón, una delicia, pero eso sí, sólo para un par de días de vez en cuando.

Besos y gracias por tu visita a mi blog.

cachos de vida dijo...

Es verdad, los pueblos durante las fiestas se llenan de gente, pasan, y se quedan solos. Son el sitio ideal para vivir tranquilos.
Un beso.

María dijo...

Hola, Josefina:

Vengo a desearte una feliz tarde.

Y a dejarte un besazo.

Cassiopeia dijo...

El mejor lugar del mundo es donde estés a gusto con tus amados.

Me alegra inmensamente saber que la vas a pasar bonito con tu enano... y que estas recuperándote.
Besos